Algo muy común en España es entrar en algún bar, restaurante o tienda y encontrarnos con algunos jamones colgando del techo o de algún estante o barra. Tan español es el jamón como la costumbre de tenerlo colgado, pero ¿sabes por qué se hace esto y de dónde viene esta tradición?
Motivos para colgar el jamón
Podrías pensar que esto de colgar el jamón atiende a una razón estética que caracteriza el pueblo español y que ha hecho de esta tradición algo muy suyo, pero lo cierto es que cumple una función muy importante a la hora de su secado.
Colgamos los jamones porque es la mejor forma de mantenerlos: por un lado, se permite que, mientras se secan y maduran, la grasa vaya cayendo hasta la chorrera, ese pequeño sombrero de plástico que se coloca bajo la punta del pernil con la finalidad de que vaya recogiendo esa grasa. Y, por otro, se consigue que se aireen bien y el secado sea perfecto.
La razón histórica
Aparte de esa razón que te hemos explicado, la historia también nos cuenta que esta tradición se remonta a los siglos XIV y XV, cuando comenzó la expulsión de judíos y musulmanes de la península.
Los que se quedaron, haciendo creer al resto que habían abandonado su religión y se habían cristianizado, tuvieron que ingeniárselas para que sus vecinos no sospechasen de ellos. Esta es la razón por la que los judíos comenzaron a cocinar manteca de cerdo en sus casas, para que oliesen a eso.
Es decir, en aquella época, la única forma de librarse de la Inquisición consistía en demostrar que no se era judío ni musulmán, por lo que una buena idea para lograrlo era colgar un jamón en la casa o en el negocio, en un lugar donde se viese bien.
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