Algo que caracteriza al mejor jamón ibérico es, sin duda, su procedencia de la dehesa. La vida en la dehesa significa mucho más que dejar pastar al cerdo en libertad. Podemos darte mil ejemplos de animales de granja criados simplemente al aire libre, pero eso no siempre será garantía de una buena crianza como la que sí proporcionan las dehesas.

Qué es una dehesa y qué características debe cumplir

Las dehesas son grandes extensiones de terreno, del que al menos un 50 % debe estar destinado a pastos. Han de contar, además, con arbolado productor de bellotas (alcornoques, robles, encinas y quejigos) y un extracto herbáceo y arbustivo muy diverso, de carácter mediterráneo principalmente.

Al menos un 5 % de su extensión debe ofrecer resguardo (estar techado o cubierto) para la protección y guarda del ganado en caso de climatología adversa.

Las dehesas están destinadas a la alimentación y la vida en libertad del ganado. No solamente el emblemático cerdo ibérico, en las dehesas también puedes contemplar la belleza del toro de lidia, el caballo de raza española y algunas razas ovinas.

Además de dar sustento a esta amplia cabaña, la dehesa también contribuye a la conservación de varias especies cinegéticas y fauna silvestre en general.

Beneficios del jamón ibérico criado en la dehesa

En Josep Llorens tenemos claro que el mejor jamón que podemos ofrecerte procede de cerdos criados en dehesa. La alimentación basada en bellotas, raíces y hierbas silvestres cumple su función, pero el desarrollo muscular y el característico entreverado de la grasa que desarrolla el cerdo durante la montanera es lo que termina de definir el carácter y sabor propios del jamón ibérico.

La dehesa produce una carne de excelente calidad y alto contenido proteico que solo es posible a través de la vida en libertad, la alimentación natural y el contacto del cerdo con la biodiversidad