Ya sabes que el jamón es uno de los productos más representativos de la gastronomía española. Pero hay ciertos mitos sobre el jamón que vamos a revelar a continuación.

Todo aquello de lo que no tienes que hacer caso sobre el jamón

La carne de cerdo ibérico contiene mucha grasa y engorda

Aunque es cierto que hay determinados cortes del cerdo que son grasos, hay otros que son extremadamente magros. Además destacaremos que, por su valor nutritivo, esta carne es uno de los alimentos más completos y aporta sodio, potasio, calcio, magnesio y fósforo y vitaminas B1, B2 y B3.

Los cerdos ibéricos se alimentan solo de bellotas

Realmente, el cerdo ibérico vive en la dehesa. Este animal se alimenta de todo lo que encuentra, especialmente de bellota cuando es temporada. Pero hemos de aclararte que este fruto solo está disponible entre los meses de octubre y marzo, así que el resto del año el cerdo ibérico debe ser alimentado con otros ingredientes.

Los puntos blancos del jamón son acumulaciones de sal

Si observas las lonchas del jamón, fácilmente veas unos gránulos blancos que pueden parecer bolitas de sal. En realidad, se denominan cristales de tirosina. La tirosina es un aminoácido que integra las proteínas y esos cristales se producen de forma natural durante el proceso de curación del jamón. Por lo tanto, es falso que estén compuestos de sal.

El jamón ibérico y el serrano son lo mismo

Tenemos que diferenciar entre jamón ibérico y serrano porque provienen de distintas razas de animales. El conocido como serrano procede del cerdo blanco (dentro del cual hay bastantes razas), que se cría con piensos a base de cereales. Además, su proceso de elaboración es mucho más breve que el del jamón ibérico.

Por lo tanto, ya ves que hay mitos sobre el jamón que están muy arraigados en nuestro país.